…hacia una desautorización del autor
Normalmente creemos que los “autores” dan vida a las ideas (artísticas, literarias, filosóficas…) y que además éstas LES PERTENECEN.
A un tiempo, vemos continuamente ideas que existían hace 30 años y que son recicladas y vueltas a “re-crear”: si rastreamos el diseño de una silla “contemporánea” podemos comprobar cómo muchas veces ese modelo de silla ha sido rediseñada varias veces a lo largo de su existencia, y ha pasado por varios “autores”.
Por si fuera poco, cuando creamos un objeto, pensamiento, etc…tenemos la sensación de que es originariamente nuestro, aunque sea evidentemente una síntesis de ideas ya existentes e incluso una idea claramente versionada.
¿Cómo se entiende todo esto?
Lanzamos una propuesta de interpretación (ojo, es posible que no sea original):
Las ideas tienen muchas veces una longevidad extraordinaria, un origen poco preciso, son ilimitadas, y se van conformando y desarrollando al pasar de mente en mente y de mano en mano.
Tienen vida propia, y se revitalizan o recrean al habitar a sus distintos “autores”. Es más, ¡SON CONTAGIOSAS!.
Las ideas se mezclan entre sí en un mestizaje ininterrumpido, y nos van habitando a unos y a otros mediante los ”chispazos de inspiración”.
No es que seamos animistas, es que sinceramente desconocemos el origen de las ideas: inconsciente colectivo, dios, resonancia mórfica, cultura emergente, …NO SABEMOS, cada uno tiene su interpretación.
Aun con todo no nos preocupa tanto la originalidad de nuestras ideas (cosa que modestamente creemos no imposible pero sí improbable), como el que cada vez que revivamos una idea la enriquezcamos con nuestra interpretación personal, es decir, que aportemos una visión única y con ello ofrezcamos nuevas posibilidades vitales a la idea.
En definitiva, pensamos que la dinámica del mundo de las ideas se basa en el RECICLAJE CREATIVO de las mismas, y que lo verdaderamente genuino es nuestra capacidad para recrearlas desde nuestra visión personal.
A todos nos gusta vivir nuestra originalidad al crear una idea, y de hecho lo creemos imprescindible para que se de una personalización real. Sin embargo, y además, queremos ser precisas con la realidad del proceso creativo: los “creadores” de una idea, formamos parte de un equipo colectivo universal, atemporal y realmente invisible a nuestros ojos, que va asumiendo, transformando y devolviendo la idea a su propio proceso complejo de vida, desarrollo, y evolución iterativos.
Por ello ponemos el acento y la atención en cómo TRANSFORMAMOS la idea y cómo LA IDEA NOS TRANSFORMA A NOSOTROS, ya que el reciclaje es mutuo, según hemos podido experimentar, pero esta es otra idea distinta, que forma parte de otra historia…